En este post queremos plantear un breve, pero ilustrativo, análisis genérico de las prácticas comerciales en México, olvidándonos por un momento de las consecuencias que a nivel mundial ha generado en estos meses la pandemia del COVID19 que a todos está afectando.

En consecuencia, lo primero que debemos destacar es que, normativamente hablando, la economía mexicana es abierta. México es el país de América Latina que mayor avance ha tenido en cuanto a reformas legales a los efectos de equiparar su economía y política a Occidente; sin perjuicio de puntualizar que los empresarios locales son “recelosos” y se suelen proteger del inversor extranjero.

Es interesante poner encima de la mesa el hecho -positivo- referente a que el sector público mexicano, en general, cumple con sus compromisos, o lo que es lo mismo: paga a tiempo. Practican la filosofía de caja positiva, es decir, se entregan anticipos fuertes por la Administración Pública al comienzo de cada año, para que los proveedores procuren tener tesorería a lo largo del proyecto, evitando así paralizaciones. Hecho que es tremendamente cómodo y atractivo para una empresa que pretende implantar su negocio en el país.

El sector privado empresarial mexicano es tremendamente serio, existe una cierta correlación entre calidad en la gestión y aspectos de ésta aportados por los “vecinos del norte”, Estados Unidos.

Los mexicanos son personas altamente preparadas y cualificadas, con excelentes formaciones académicas, normalmente los grandes ejecutivos son graduados de las más prestigiosas universidades Norteamericanas. Tienen fuertes principios éticos y de respeto.

En México hay una percepción curiosa que es la de que lo que viene de fuera está mejor visto que lo producido en el interior; es una sociedad muy poco “chauvinista”.

Existe una cierta endogamia entre las clases dirigentes, pues un número reducido de “familias”, por así decirlo, controlan el poder económico y la gestión empresarial.

El hacer negocios en México va mucho más allá de la simple firma de un acuerdo, se producen muchas vinculaciones personales entre las partes que hacen que la firma de algo sea meramente una consecuencia.

España y México tienen grandes lazos y ataduras, no por nada México en la época colonial era la Nueva España. Podemos decir que mucho de lo que saben, se lo hemos transmitido, si bien los mexicanos han innovado y desarrollado esas enseñanzas. Es decir, muchos de los problemas que en la actualidad hay en México, los tenemos en España, no nos engañemos.

Sin duda el empresario mexicano busca la excelencia en la gestión de su negocio, en base a unos valores que son muy similares, por no decir idénticos a los de cualquier buen empresario español.

México es un país con un potencial incuantificable, cuya adaptación a los tiempos que corren está siendo muy rápida, siendo una de las economías más sólidas y prometedoras de las próximas décadas, donde personas formadas y con valores sólidos, consiguen y conseguirán, sin duda alguna, a base de esfuerzo y compromiso la gestión excelente de sus negocios. México es un auténtico mercado de oportunidades.